martes, 14 de agosto de 2012


‘CAPITULO 13’:


Asentí, estaba demasiado cerca, aparté la cara y me levanté de su regazo, el también se levantó.
-¿Recogemos esto o…?- pregunté.
- No, no te preocupes, ahora lo recogen- me dijo despreocupado- vamos anda- dijo cogiéndome de la mano, nos dirigismo al coche de antes y subimos. Nos sentamos en la parte de atrás y el coche arrancó.
- ¿Qué peli vamos a ver?- pregunté.
- ¿Cuál quieres ver?- dijo mirándome con una sonrisa.
- Me da igual- dije devolviéndole la sonrisa. El coche paró y nos bajamos del coche. Nuestras manos seguían cogidas. Entramos en un edificio y nos subimos en el ascensor. El edificio era de 12 plantas y él vivía en la 12. Le dio al botón y el ascensor empezó a subir. Me apretó más fuerte la mano, no me hacía daño, simplemente era para decirme que estaba ahí, le miré y le sonreí. Llegamos al piso. Sacó las llaves y abrió la puerta para entrar. Lo primero que vi al entrar fue un espejo en la pared de la izquierda. Me llevó al salón.
- Ponte cómoda, por favor- me dijo- ahora vengo voy a la cocina a preparar palomitas- y desapareció. Me levanté y me puse a mirar la fotos del salón eran de él y los chicos, sonreí. Luego me fije que también había una con su hermano y sus padres.
- ¿Niall? – dije en alto para que me oyera.
- ¿Si?- dijo en el mismo tono de voz- vente estoy en la cocina- dijo seguidamente. Fui y allí estaba mirando al microondas mientras se hacían las palomitas.
-ah que iba enserio que ibas a hacer palomitas- dije riendo.
- Pues sí – dijo y se dio la vuelta para mirarme- ¿Quieres algo de beber?
-Me da igual – dije
- A ti te da todo igual – dijo acercándose
- Pues si – dije sonrojándome, me apoye en la encimera de la cocina y él se puso delante de mí. Me cogió de la cintura y me sentó en donde me apoyé.
- ¿Tan bajita soy?- dije riendo
- No- dijo estallando en risas
- ¿Entonces?
- No sé- dijo y se acercó- me ha dado el punto- dijo mientras calmaba su risa. Me puso las manos en la cintura y se acercó más y más. Yo le puse las manos en los hombros y me acerqué a su cuello. Se lo besé lentamente y *DING* sonó el microondas, nos separamos y fue a poner las palomitas en un bol, yo seguía sentada en la encimera. Llevaba falda por lo que tenía las piernas cruzadas.
-Quítate la chaqueta anda que llevas toda la noche con ella y te va a dar algo- me dijo mientras echaba sal a las palomitas. Le hice caso y me la quité. Ahora iba en tirantas. Dejé la chaqueta en un lado y me bajé de la encimera.
- ¿Me das una coca-cola?- le pregunté cuando me bajé.
-Claro- dijo dirigiéndose a la nevera, la sacó y me extendió la mano para que la cogiera- toma- dijo con esa sonrisa tan, tan, tan no sé, no hay palabras para describirla.
-Gracias- dije mostrándole mis dientes.
-¿Vamos al comedor? – me preguntó, asentí como un robot. Fuimos al comedor él iba detrás de mí por lo que con una mano sujetaba el bol de palomitas y con la otra me tenía cogida la cintura. Llegamos al salón y me senté en el sofá Niall dejó las palomitas a mi lado y fue a poner una peli.
- ¿Al final que peli es? – pregunté
-Una pareja de tres- dijo mientras la terminó de poner y se sentó donde dejó las palomitas.
-Esa película es preciosa, lloré la primera vez que la vi- confesé. Rió flojo y se acomodó poniendo los pies encima del sofá.
- Ponte cómoda, como si estuvieras en tu casa- me dijo. Le miré y le sonreí. <Joder que putas ganas de besarlo>- pensaba una y otra vez. Hemos tenido 2 o 3 oportunidades y nada. Agh. En ese momento me pasa su mano por el hombro y entonces me acomodo mejor. Al final acabé llorando. Me tenía entre sus brazos, y cada vez que sollozaba me apretaba más contra él.
-No llores tonta, que es solo una peli- dijo intentando verme la cara.
-Pero, es que me emociono- le dije dejando ya de llorar. Me tenía la cara entre sus manos, mirándome a los ojos <es ahora o nunca>, se acercó y me besó. Aquél beso era lento, lleno de emociones, mi respiración se agitaba por segundos. Entre-abrí un poco más mis labios y su lengua empezó a jugar con la mía. Puse mis manos en su cuello y él bajó las suyas a mis rodillas. Mala espina me daba esto a mí.  Se inclinó más, de forma que yo estaba tumbada en el sofá y el encima de mí. Sus manos iban subiendo por mis muslos, cada vez se acercaba más a aquella zona. Separó sus labios de los míos y me miró a los ojos por unos segundos, después bajó a mi cuello y empezó a besarlo y a dejarme marcas.
-Ni-niall- pude decir al fin. Separó sus labios de mi cuello y me miró a los ojos. Sus manos se pararon, no llegaron a la zona, gracias a dios- y-yo… no…- empecé a decir, creo que él ya sabía por dónde iban los tiros. Se sentó en el sofá sin decir nada.
-Lo siento, n-no debería haberte besado y haber intentado llevarlo a más, joder que eres una niña todavía ¿En qué estaba pensado?-eso me dolió, me dolió mucho. Suspiró- además tampoco sé si te gusto siquiera- dijo casi en un susurro mientras agachaba la cabeza- vamos te llevaré a casa- dijo y se levantó del sofá. Le imité. No me salían las palabras. ¡PUES CLARO QUE ME GUSTAS IDIOTA! Me repetía para mí una y otra vez. Pidió un taxi, ya eran casi las 3 de la mañana. Cuando llegó el taxi nos montemos los 2 y él le dio la dirección al taxista. Cuando llegamos, se bajó conmigo del taxi. Íbamos en silencio. Ninguno decía nada. Me paré en seco. Lo percibió y se dio la vuelta.
- ¿Qué pasa?- preguntó decepcionado. No sabía que decir, estaba totalmente paralizada. Me acerqué a él, le acaricié la mejilla le cogí la mano y la puse encima de mi corazón o donde se suponía que debería de estar, se quedó con cara de interrogación.
-¿Notas como late el corazón?- le pregunté, me iba a mil. Por supuesto que lo tenía que notar.
-Si…- dijo casi en un susurro.
-Niall, el corazón no late así de rápido por nada- dije haciendo que me mirara a los ojos. Pasé por su lado y me fui al ascensor, se quedó allí parado sin decir nada. Mientras iba en el ascensor empecé a llorar, el poco rímel que llevaba se me corrió entero por la cara, estaba super cansada y para colmo me había dejado la chaqueta encima de la encimera del piso de Niall. ¡Esto no podía ser mejor!, nótese la ironía. Mientras el ascensor subía lo único que me podía preguntar es si estarán despiertas, si se habrán quedado despiertas y como me vean llegar llorando se va a liar. Abrí la puerta y estaban todas las luces encendidas <genial>, como había dicho antes ¡Esto no podría ir mejor!

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